Nuestros océanos no sólo son lugares de maravillas y belleza, también son máquinas fundamentales de la economía. La economía oceánica estadounidense provee más empleos y producción económica que todo el sector agrícola, contribuyendo más de 230 mil millones de dólares al Producto Interior Bruto (PIB) cada año. Al proteger los océanos, no sólo se preserva un elemento fundamental de nuestro patrimonio natural para las generaciones futuras, también sustenta los empleos estadounidenses y los ingresos.
Esta semana me reuniré con algunas de las personas más inteligentes y experimentadas en la política oceánica, las ciencias, y los negocios, en un foro patrocinado por la Revista PODER para discutir algunos de los problemas más urgentes que afectan a nuestros mares. Participaré en una mesa redonda acerca del cambio climático y los efectos de la polución de carbono en nuestros océanos, donde espero hablar sobre la acidificación, también conocida como "la otra problemática del carbono", además de cómo la legislación climática pueda ayudar a enfrentarse a esa amenaza insidiosa en nuestros mares.
NRDC está trabajando de lleno con estos temas, a principios de este mes mostramos en el programa Planet Green del Discovery Channel nuestro nuevo documental La Prueba del Acido (ACID TEST) que examina el problema de la acidificación oceánica.
Como ya sabes, la quema de los combustibles fósiles crea la polución de dióxido de carbono, que es la causa principal del calentamiento global. Pero las consecuencias no se detienen en nuestra atmósfera, aproximadamente un cuarto de las emisiones de dióxido de carbono se absorben por los océanos. Esta misma polución va cambiando profundamente la química oceánica al hacer el agua más ácida muy rápidamente.
Al disolverse el CO2 en la superficie del agua, crea un ácido. Los científicos ahora creen que si no reducimos drásticamente la polución de dióxido de carbono, la acidez creciente podría exterminar las especies que forman la base de la red alimentaria de los océanos, como los corales, el plancton, los mariscos y toda la vida oceánica que depende de esas especies están en riesgo.
Estados Unidos necesita una fuerte legislación climática y energética para reducir los impactos de la acidificación oceánica, además de fortalecer nuestra economía, romper nuestra dependencia del petróleo, y reducir la polución del calentamiento global. Esta legislación ayudará a acelerar nuestra economía, convertir a Estados Unidos en un líder de la energía limpia en el siglo 21, y llevarnos hacia un futuro de océanos sanos.
Afortunadamente, la Cámara de Representantes nos dirigió en la dirección correcta al pasar la ley Americana de Energía Limpia y Seguridad (ACES por sus siglas en inglés) al comienzo de este verano. ACES reducirá la polución que causa la acidificación oceánica y el calentamiento global al establecer por primera vez en los Estados Unidos límites nacionales en las emisiones de carbono. La legislación reduce las emisiones de carbono un 17 por ciento para el año 2020, y en un 80 por ciento para 2050. Ahora, esperamos que el Senado fortalezca esta legislación, y cumpla con su promesa de guiar nuestro país en una dirección nueva y hacia un futuro de energía limpia y océanos sanos.
Se requirió mucho trabajo para asegurar que esta legislación refleje las perspectivas y prioridades de diferentes voces y regiones de los Estados Unidos. Existe un creciente movimiento a través del país, incluyendo a líderes de negocios, empresarios, trabajadores, grupos religiosos, veteranos, y muchos más, para tomar acción en áreas de la energía limpia y el clima. La reducción de la contaminación causante del calentamiento global es imprescindible para fortalecer nuestra economía, terminar nuestra dependencia del petróleo, y reducir los impactos de la acidificación oceánica. Espero que te unas a NRDC para luchar en fortalecer y aprobar rápidamente la legislación climática que ayudará a evadir los peores impactos del cambio climático y la acidificación.
Además de reducir las emisiones de CO2, también necesitamos hacer los océanos más fuertes para que sean capaces de soportar los impactos del cambio climático. Parecido a cómo una persona sana puede soportar una enfermedad más fácilmente, un ecosistema sano es capaz de tolerar las presiones adicionales del cambio climático. El Presidente Obama esta demostrando el tipo de liderazgo necesario para salvar nuestros mares y resucitar los Grandes Lagos al buscar una política nacional exhaustiva para estos recursos. El 12 de junio, hizo público un Memorándum Presidencial llamando por el desarrollo de una política nacional para proteger y restablecer la salud de los ecosistemas marinos y costeros, una comisión federal interinstitucional está en proceso de desarrollar recomendaciones específicas acerca de cómo implementar esta política. Esperamos que el Presidente Obama haga público una Orden Presidencial que establezca una política nacional de los océanos, las costas, y los Grandes Lagos para proteger, mantener, y restablecer la salud de estos ecosistemas y todo lo que depende de ellos. Por favor únete a nosotros para decirle al Presidente que haga pública esta orden.
A través de estos esfuerzos para hacer nuestros mares más capaces de enfrentar a una multitud de amenazas, y de reducir las emisiones de carbono, podremos ayudar a garantizar la salud de nuestros océanos y un futuro sostenible para nosotros mismos.