El acuerdo del siglo: vincular USMCA a París

Perfeccionar el NAFTA, ha sido una de las prioridades clave del presidente Donald Trump, siendo este, a diferencia de gran parte de los objetivos y prioridades de su administración, un objetivo compartido con el Consejo para la Defensa de Recursos Naturales.

Poco después de asumir el cargo en 2017, el presidente Trump anunció su intención de retirar a Estados Unidos del Acuerdo Climático de París. Lo más temprano que técnicamente puede hacer eso es noviembre de 2019.

Los demócratas de la Cámara de Representantes crearon un nuevo proyecto de ley para evitar que EE.UU. abandone el Acuerdo de París (H.R.9) y lo hicieron una de sus diez principales prioridades para este Congreso. El 2 de mayo, la Cámara aprobó H.R.9 por una votación de 231 a 190, con todos los demócratas votando a su favor, más tres republicanos.

Aplaudimos este apoyo demostrado por el Congreso para quedarse en París y hacer el clima una prioridad absoluta. Fue el primer voto a favor del clima en el Congreso en una década. Sin embargo, es probable que el Senado no lo acepte, por lo que el presidente todavía puede retirarse de París a finales de este año. Entonces, ¿cuál es la próxima jugada?

La respuesta se encuentra en la principal prioridad legislativa del presidente Trump este año: buscar la aprobación del Congreso de un Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN, o NAFTA, por sus siglas en inglés) actualizado, denominado el Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (USMCA, por sus siglas en inglés)

Retener una votación del USMCA hasta que Trump prometa quedarse en París y arreglar las otras fallas fundamentales del acuerdo es el único apalancamiento que tienen los demócratas para impedir que se inicie el proceso de retiro más adelante este año.

El USMCA marca un momento único en la historia comercial de los Estados Unidos, siendo la primera vez que este país renegocia un importante acuerdo comercial. Esta renegociación llega en un momento en el que se necesita desesperadamente una acción climática urgente, audaz y ambiciosa. Por lo mismo, el USMCA representa una oportunidad para que tanto el presidente Trump como los demócratas en el Congreso, obtengan importantes victorias: para Trump en cuanto a su promesa clave de campaña, y para los demócratas en términos de protección climática y ambiental, laboral y al consumidor.

Desafortunadamente, la nueva versión la USMCA no abarca temas climáticos y hacen falta temas ambientales, por lo que NRDC se niega a entregarle su apoyo tal como está escrita (lea nuestro blog correspondiente para más detalles). No obstante, el destino de este acuerdo, está actualmente en manos del Congreso, el cual, tiene el poder de prevenir un voto a menos y hasta que se realicen cambios fundamentales.

Si bien la administración de Trump está presionando para una rápida ratificación del USMCA para el verano de 2019, el Congreso debería tomarse su tiempo y retirarse del proceso acelerado de ratificación, para garantizar que el USMCA aborde el cambio climático y cumpla con criterios ambientales básicos. Además, el Congreso debe retener el voto del pacto comercial hasta que el presidente Donald Trump prometa permanecer en el Acuerdo de París.

Hay mucho que el Congreso puede hacer para que eso suceda.

Próximos pasos para el Congreso

Los acuerdos de comercio modernos se parecen cada vez más a los tratados internacionales comprehensivos. Aunque los aranceles siguen siendo el foco principal, los acuerdos comerciales ahora van más allá de los aranceles para abordar una amplia gama de temas. Los acuerdos comerciales también incorporan otros acuerdos internacionales, incluidos los ambientales como el Protocolo de Montreal. Dada la desesperada necesidad de una acción climática global, no es incomprensible creer que París debería incluirse en los acuerdos comerciales en el futuro.

La Constitución le da al presidente el poder de firmar tratados internacionales, pero le da al Congreso el poder de aprobar los acuerdos comerciales. Aunque el Presidente puede liderar las negociaciones comerciales, al final, el Congreso tiene la última palabra.

El presidente Trump firmó el USMCA a fines de 2018. El Congreso ahora tiene cuatro opciones:

  1. Podría aprobar el USMCA tal como está escrito actualmente a través del proceso acelerado.
  2. Podría retirarse del proceso acelerado y retener la aprobación hasta que reciba la seguridad de que la administración de Trump solucionará las deficiencias de varios frentes, incluidos los temas ambientales y laborales. Los demócratas de la Cámara de Representantes ya lo han hecho una vez: cuando el presidente George W. Bush envió al Congreso el TLC entre Colombia y Estados Unidos para su aprobación en 2007, el Congreso se retiró del proceso acelerado y no lo aprobó hasta 2011, luego de que el acuerdo fue modificado en el Congreso.
  3. Podría solicitar cambios más profundos en el texto central sin retirarse del proceso acelerado, lo que enviaría el texto nuevamente a la mesa de negociación trilateral. Cabe señalar que el presidente mexicano está en contra de la reapertura de las negociaciones.
  4. Podría rechazar la USMCA por completo.

Vemos el punto 2, como el camino más realista a seguir. Se espera que el Senado, liderado por los republicanos, quiera acelerar el proceso del USMCA, pero los demócratas en la Cámara de Representantes tienen el poder de retirar su cámara del proceso acelerado tomando más tiempo para la revisión del acuerdo, apalancando así, algunas concesiones de la administración Trump.

Retirarse del proceso de aprobación acelerado permitirá a los demócratas de la Cámara celebrar audiencias sobre el USMCA, algo que ellos y la comunidad ambiental y laboral exigieron, y algo que nunca fue concedido por los republicanos que controlaron tanto la Cámara como el Senado durante el proceso de renegociación.

Las audiencias del Congreso sobre el USMCA ayudarán a educar a los miembros del Congreso y la ciudadanía sobre el acuerdo. Ciertamente, en estas audiencias quedará expuesto que el USMCA está lejos de ser completo, no solo en términos del medio ambiente y clima, sino también en otros frentes.

Abordar el clima a través del comercio

En este punto, un USMCA que aborde el clima y cumpla con criterios ambientales de base todavía es técnicamente factible.

Los presidentes republicanos y los legisladores demócratas se han comprometido anteriormente a fortalecer las disposiciones comerciales ambientales. El 10 de mayo de 2007, el presidente Bush y los miembros demócratas del Congreso firmaron un acuerdo para fortalecer las disposiciones ambientales y laborales en los tratados de libre comercio pendientes con Perú y Panamá, incluyendo requisitos para “adoptar, mantener e implementar” políticas nacionales para realizar los siete Acuerdos Ambientales Multilaterales (MEAs, por sus siglas en inglés). El USMCA debe tratar el Acuerdo de París de la misma manera y exigir que cada país "adopte, mantenga e implemente" políticas nacionales para defender sus contribuciones determinadas a nivel nacional al Acuerdo de París.

Los demócratas ya han comenzado a indicar su descontento con el USMCA como está escrito actualmente. El 9 de abril, el presidente del Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes, Richard Neal, envió una carta al Representante de Comercio de los EE. UU. (USTR, por sus siglas en inglés), Robert Lighthizer, en la que describe sus preocupaciones sobre cuánto le falta a el USMCA. Poco después, el 17 de abril, todos los demócratas en el Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes se unieron a una carta al USTR en la que describen sus preocupaciones con respecto a las disposiciones ambientales en el USMCA. Ambas cartas mencionan el Acuerdo del 10 de mayo, pero no logran establecer la conexión de que el Acuerdo de París es un importante acuerdo ambiental multilateral que no existió en 2007.

El Acuerdo del 10 de mayo debe servir como como base para un nuevo compromiso entre el presidente y el Congreso, pero han pasado 12 años desde su creación. El Acuerdo de París debe incluirse en cualquier nuevo compromiso.

Otras formas en que el USMCA podría ayudar a combatir el cambio climático

Dada la urgencia y la proporción de acciones requeridas para mitigar el calentamiento global en los próximos 20 años, el Congreso también debe considerar otras formas de reducir las emisiones que aumenten el calentamiento climático a través del comercio. Respaldando a algún tipo de nuevo “Acuerdo de París + 10 de mayo”, el Congreso podría crear mecanismos automáticos de fiscalización, que se aplicarían a cualquier socio comercial que no respete los compromisos del Acuerdo de París.

Un ejemplo atractivo para ambos partidos y que cuenta también con el apoyo de los sectores laborales, es la implementación de ajustes de carbono en frontera para imponer aranceles a las importaciones con huellas de carbono altas. Los ajustes de carbono en frontera, o los aranceles de carbono, lograrán también proteger las manufacturas locales perseguida por esta administración y abordarán el clima de manera significativa. Para evitar la carga administrativa, solo podrían dirigirse a los sectores más contaminantes o a los bienes que suelen producir más emisiones de carbono.

Recientemente, algunos demócratas de la Cámara de Representantes solicitaron a la administración de Trump que inicie una investigación de la "Sección 232" sobre si las importaciones con alta intensidad de carbono representan una amenaza para la seguridad nacional de los Estados Unidos. Esto abre el debate sobre los aranceles al carbono, y la manera en que la administración actuará mientras que el USMCA aún está pendiente enviará otra señal acerca de con qué nivel de seriedad se pondrán en vigencia la ejecución del comercio ambiental en los EE.UU. El Congreso debe considerar estas ideas retirándose del proceso acelerado y celebrando audiencias.

Finalmente, México necesita revertir el curso de su actual apoyo a los combustibles fósiles al costo de la energía limpia. El Congreso debe exigir a la nueva administración de México que reafirme sus compromisos climáticos a través de la acción política, como lo ha hecho en temas laborales.

Un verdadero acuerdo comercial del siglo XXI

Perfeccionar el NAFTA, ha sido una de las prioridades clave del presidente Donald Trump, siendo este, a diferencia de gran parte de los objetivos y prioridades de su administración, un objetivo compartido con el Consejo para la Defensa de Recursos Naturales.

El presidente Trump ha indicado que USMCA es su principal prioridad legislativa este año. Los demócratas de la Cámara de Representantes no deberían desperdiciar esta oportunidad para aprovechar su poder de aprobación sobre este, avanzando también en sus prioridades legislativas principales (H.R.9). Si cada una de las partes lo deseara, un USMCA fortalecido podría en el futuro convertirse en un modelo para los acuerdos comerciales del siglo XXI.

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