El cambio climático está causando estragos en nuestros océanos. Así es como los salvamos.

Se trata de preservar áreas marinas y de reducir urgentemente nuestras emisiones.
Credit: Adam Obaza/WCR PRD, NOAA/Flickr

Se trata de preservar áreas marinas y de reducir urgentemente nuestras emisiones.

El destino de nuestros océanos y el clima están inextricablemente vinculados. Ahora está más claro que nunca con el lanzamiento del último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés), titulado Océanos y criósfera en un clima cambiante.

Al igual que los informes anteriores del IPCC sobre el cambio climático y el uso de la tierra, así como el reciente informe de la ONU sobre la biodiversidad, este informe especial sobre el océano nos muestra una imagen sombría del futuro. Participé en la reunión de tres días del IPCC para finalizar el informe que terminó el lunes, una actividad que resultó ser alternativamente fascinante, monótona y muy deprimente.

La sombría noticia sirve como un llamado apremiante a la acción. Los gobiernos a todos los niveles, desde los estados costeros hasta las Naciones Unidas, deben tomar medidas concretas para mejorar la resistencia de nuestros océanos frente a las amenazas existenciales que plantea el cambio climático.

Proteger completamente el 30 por ciento de los océanos del mundo para 2030.

Crear santuarios oceánicos totalmente protegidos es nuestra herramienta más poderosa para ayudar al océano a mantenerse a sí mismo, y a nosotros, frente al cambio climático. Al igual que una persona sana está en mejores condiciones para enfrentar una operación médica difícil, un océano sano estará en mejores condiciones para resistir los impactos del cambio climático que uno plagado de sobrepesca, contaminación, pérdida de hábitat para especies marinas y otras devastaciones creadas por el hombre. Por lo tanto, los líderes gubernamentales deberían acordar proteger al menos el 30 por ciento de los océanos del mundo para 2030. Esta es una meta ambiciosa, pero alcanzable, respaldada por científicos, grupos ambientalistas y muchos países de todo el mundo.

Disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, especialmente el dióxido de carbono.

Los océanos juegan un papel central en la regulación de nuestro clima al absorber el exceso de calor y dióxido de carbono. De hecho, el océano absorbe más del 90 por ciento del exceso de calor en el sistema climático y del 20 al 30 por ciento del dióxido de carbono emitido desde la década de 1980. Las emisiones de dióxido de carbono representan un doble golpe para el océano: además de contribuir al calentamiento, el CO2 también hace que el océano se vuelva más ácido. El océano ahora es más ácido que en cualquier otro momento en los últimos dos millones de años.

Los legisladores deben avanzar rápidamente para alcanzar las emisiones netas de carbono cero para 2050, utilizando todas las herramientas posibles, desde mejoras en la eficiencia energética hasta la eliminación del desperdicio de alimentos y desde la infraestructura de automóviles limpios hasta la reforestación.

El informe especial del IPCC sobre los océanos nos muestra un futuro sombrío para nuestros mares y la humanidad. Pero no estamos indefensos ante esta inminente calamidad: podemos reducir rápidamente las emisiones y proteger completamente grandes áreas del océano. Si perseguimos a ambos puntos con igual fuerza, así le daremos al océano una oportunidad de luchar.

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